El día 21 de Septiembre tenía lugar en la pequeña localidad de Bagà (en la provincia de Barcelona) la famosa ultramaratón CAVALLS DEL VENT, de 100km de distancia con un desnivel acumulado de 13.320 metros y desnivel positivo de 6.668 metros.

Hasta allí nos desplazamos dos miembros del Grup de Muntanya de Monòver, Ramón y Juanito.

 

La mañana del 21 amanecía fría y con algo de viento. Eran las 6:30 de la madrugada y nos dirigíamos a la plaza de Bagà, donde daría comienzo la carrera a las 7:00 am. Allí, unos 1.000 participantes se congregaban en la línea de salida, entre ellos, varios corredores de élite de ámbito mundial como Luís Alberto Hernando, Miguel Heras y Nuria Picas.

La carrera empezaba con un duro ascenso de 14km hasta su punto más alto, pasando por el refugio de Rebost y culminando en el Niu de l’Àguila, cota más alta de la carrera a 2.400 metros.

Ramón y yo salimos en cabeza de carrera para evitar embotellamientos en las primeras sendas. Pocos kilómetros después, tuve que parar por problemas técnicos, lo cual puso distancia entre mi compañero y yo. La fuerte subida se hizo muy amena gracias al calor de la gente que se agrupaba en algunos tramos.

Una vez en el refugio del Niu de l’Àguila, afrontaríamos una fuerte bajada técnica hacia el refugio del Serrat de les Esposes. Nada más comenzar el descenso, empecé a notar molestias en la rodilla izquierda, que irían en aumento según transcurrían los kilómetros. Esto me obligó a disminuir el ritmo de bajada hasta llegar al refugio, en el kilómetro 28, donde me aconsejaron continuar hasta el siguiente avituallamiento situado en el pueblo de Bellver, kilómetro 39, donde había fisioterapeutas habilitados por la organización.

La bajada hasta Bellver fue dificultosa, los dolores de la rodilla iban en aumento. Una vez allí, encontré un gran avituallamiento provisto de fisioterapeutas que me echaron un vistazo a la rodilla. Allí me estaba esperando mi compañero Ramón, también aquejado de unos dolores musculares en las piernas. Después de pasar por el mecánico y alimentarnos bien, partimos juntos hasta Cortals de l’Ingla, ecuador de la carrera, con las fuerzas un poco mermadas por los problemas surgidos pero muy motivados, pues los 20 kilómetros siguientes también los haríamos juntos. Era una subida con mucha pista, un poco monótona, hasta alcanzar el tramo de senda que nos llevaría al avituallamiento, en el kilometro 47.

A partir de este punto, noto como mi compañero cada vez va más lento, sin poder mantener los dos un mismo ritmo. Una hermosa senda con una dura bajada nos llevaría hacia el Prat d’Aguiló, kilómetro 58. En este tramo ya nos separaba una corta distancia. Al llegar al refugio, me puse en manos de nuevo de un fisioterapeuta porque los dolores de la rodilla no remitían. Nos avituallamos una vez más y partimos rumbo a Lluís Estasen, kilómetro 70, con un plus de motivación, pues sabíamos que ese avituallamiento nos esperaba gente del Grup de Montanya que se habían desplazado a darnos ánimo.

Afrontaríamos juntos la fuerte pendiente, pero corta, que transcurría al salir del Prat d’Aguiló camino de l’Estasen. En este punto, gracias a las atenciones de los fisioterapeutas y el ibuprofeno suministrado, empecé a encontrarme muy bien y decidí continuar solo a un ritmo bastante alto, puesto que lo que quedaba hasta el siguiente avituallamiento era una bajada de senda y pista muy limpias. Fue entonces cuando me separaría de mi compañero para el resto de carrera.

Llegué al refugio de l’Estasen con mucha energía, eufórico, donde aproveché para cambiarme de ropa y aprovisionarme del material que me haría falta en el siguiente tramo de la carrera. Eran las 6 de la tarde y quedaban 30 kilómetros por recorrer, es decir, un buen tramo lo haría de noche y con bajas temperaturas. Fui rodeado por el calor de mis compañeros que estaban allí esperándome con gran entusiasmo y partí dirección al refugio de Sant Martí, kilómetro 83, a un buen ritmo, ya que se trataba de una fuerte bajada no muy técnica de senda y pista muy corredoras.

En el refugio de Sant Martí me avituallé de nuevo y saqué el frontal, estaba anocheciendo y me esperaba una fuerte subida bastante técnica puesto que en muchos tramos había que cruzar un río y las piedras eran muy resbaladizas. Iba en dirección al refugio de Sant Jordi, kilómetro 88. Este tramo se hizo bastante duro a causa de la fuerte inclinación y la oscuridad de la noche. Una vez en el refugio, me esperaría otra fuerte subida de 400 metros, la última de la carrera, corta pero intensa. Afronté la subida con mucha fuerza, acompañado de algún que otro corredor. Tras la subida, me esperaba una bajada de 12 kilómetros de pista que me llevaría por fin a la meta.

Enfrenté los últimos kilómetros de carrera con muchas ganas y entusiasmo, pues estaba ya acariciando la meta. Se iba a cumplir mi sueño, con un tiempo de 15:32:51 finalizaría la ultramaratón CAVALLS DEL VENT.

Una carrera impresionante, muy buena organización ,un paraje inolvidable, unas gentes maravillosas, una carrera para repetir y sobre todo agradecer todo el apoyo recibido por los compañeros hasta allí desplazados, que nos dieron esa dosis de motivación en los últimos compases de la carrera ,mil gracias a todos.

Una carrera que llevare siempre en mi corazón

Crónica de Juan Mondejar

FOTOS DE LA PRUEBA

CLASIFICACION GRUP MUNTANYA MONOVER

JUAN MONDEJAR VERDU – Tiempo 15:32:51 –Puesto general 73 Puesto categoría 51

RAMON SANCHEZ ROMERO-Tiempo 16:37:07-Puestogeneral 131 Puesto categoría 91