El sábado 6 de octubre, siete miembros del Grup de Muntanya Monòver se dirigieron hacia la localidad de Forna (Alicante) para participar en la famosa “Botamarges”. Oscar, Israel, Julián, Abel, David, Josete y yo (Juanito).

 

 

“Botamarges” es una carrera de 63 kilómetros por montaña, con un desnivel acumulado de 3000 metros positivos. Para los otros seis miembros del grupo era la primera vez que realizaban una prueba de larga distancia, para mí, el segundo año que realizaba la Botamarge.

Nos desplazamos el día anterior de la prueba a Forna. Coincidimos el viernes por la noche para recoger los dorsales, donde intercambiamos nuestras expectativas sobre la carrera del día siguiente. Oscar y yo nos decantamos por una plácida noche en la furgoneta, mientras los otros miembros del grupo decidieron pasar la noche un poco más confortable, en un hotel.

A las cinco de la mañana nos despertamos para desayunar. Mientras tanto, esperábamos al resto del equipo. A las 5:45 estábamos todos listos en la salida, ansiosos y con los nervios a flor de piel. Ellos por cómo les iría la carrera y yo por intentar mejorar el tiempo del año anterior.

A las 6 en punto sonó la señal de salida. Salí en el grupo de delante, ya que en la bajada del “Plà de la bassa roja”, por tener tramos de senda técnicos, ser de noche y estar mojado el terreno, se suelen crear embotellamientos.

Al llegar al avituallamiento de Villalonga aún era de noche. Pese a eso, había mucha gente animando a los participantes. Llevaba un buen ritmo, por lo que no me entretuve mucho, me esperaba una pista de unos 10 kilómetros hasta encarar el inicio de la subida al punto más alto de la carrera.

Sobre el kilómetro 20 empezaba la dura ascensión. Lo acometí con un buen ritmo y sin descanso hasta llegar al “Alt de la Safor”. Una vez allí empieza una dura bajada técnica bastante estropeada por las últimas lluvias en dirección a la “Font dels Olbits”, kilómetro 26, donde se encontraba el avituallamiento y punto de control.

Continúa la bajada hasta el “Barranc dels Bassiets”, donde nos encontramos con una espesa niebla. Desde este punto se encara una subida de 5 kilómetros por pista hasta el “Colladet de la Comba”, punto kilométrico 35, donde llevamos ya casi un maratón en nuestras piernas.

Entre pistas y sendas llegamos al pueblo de Benirrama, donde una gran multitud de gente esperaba en callejuelas dando ánimos para afrontar la penúltima subida, donde ya las piernas notan el cansancio y los calambres son continuos. Afrontamos la subida por una senda bastante pronunciada que nos lleva al alto del “Cruce Castillo Gallinera”, desde donde se pueden ver unas vistas impresionantes de la Vall de Gallinera. Desde aquí afrontamos una fuerte bajada hasta “L’Atzúvia”, punto kilométrico 54, donde nos provisionaremos bien en el avituallamiento para afrontar los 10 kilómetros más duros de la carrera (no por el desnivel sino por las pequeñas continuas subidas y bajadas y el cansancio acumulado, cada vez mayor).

En el kilómetro 60 encontramos la última subida hasta el Castillo de Forna, faltando solamente 3 kilómetros para llegar a meta.

Las piernas no aguantan más, pero la mente está ya en la meta. Afrontamos la última subida, y tras ello, último kilómetro de bajada hasta la meta… Fin de la carrera.

Crónica de Juanito

FOTOS DE LA PRUEBA

Casi todos los miembros del grupo conseguimos nuestros objetivos: unos terminar y yo mejorar mí tiempo.

20º Juanito 8:04:48
26º Julián 8:37:37
133º Abel 10:25:06
185º Israel 11:03:22

226º David 12:02:04
228º Oscar 12:03:50
245º Josete 12:22:59