El pasado sábado 23 de marzo tuvo lugar en la pequeña localidad de Benissa, en la Marina Alta, por segundo año consecutivo la conocida Perimetral, una carrera de montaña de 65 kilómetros y un desnivel positivo de 3500 metros. Hasta allí nos desplazamos dos compañeros del club, Ramon Alberola y Yo (Juan Mondejar)

 

 

La carrera daría comienzo a las seis de la madrugada desde el ayuntamiento del pueblo. Allí nos congregamos alrededor de 500 corredores en sus estrechas calles del casco antiguo. Pasadas las seis, se dio el pistoletazo de salida a ritmo de una batucada de tambores muy marchosa que intentaba levantar ánimos, pues lo que nos esperaba era un recorrido muy duro.

Salimos cuesta abajo alumbrados por la escasa luz de nuestros frontales, en busca del Camí Vell de Senija. Éste nos conduciría a l’Ermita de Marnes, una subida de 5,1 kilómetros muy tendida. El descenso transcurrió por un sendero muy pedregoso hasta el Barranc dels Lleus, cota más baja de la carrera. Seguidamente, nos esperaba la segunda subida hasta el corral de la Mola de Oltà.

Para este momento ya empezaba a amanecer, las primeras luces deslumbraban lo que nos venía encima, la Cresta de Bèrnia. Descendimos por la senda del barranco de la Mola, caracterizada por ser limpia y muy corredora, en dirección a la Serra de Bèrnia, subida más exigente de la carrera. Accedíamos a la misma pasando por la Font de Bèrnia, donde estaba situado el quinto avituallamiento a mitad de carrera (kilómetro 30). Desde este punto, una senda-pedrera con fuerte inclinación nos conduciría a las majestuosas paredes de la cresta de Bèrnia. Una vez en ellas, para acceder a la cumbre, sería necesario pasar por unos tramos muy técnicos donde había cuerdas instaladas y voluntarios para facilitar la ascensión de acusada verticalidad de hasta un 30% de desnivel.

Después de un kilómetro y medio por el filo de la cresta, coronaríamos el punto más alto de la carrera con 1127 metros de altura, donde dedicaría 30 segundos a contemplar el maravilloso paisaje del mar mediterráneo, sus costas y montañas. A partir de aquí empezaríamos un duro descenso que al mínimo descuido podría costar la carrera por tratarse de una bajada muy técnica, dirigiéndonos al Fort de Bèrnia.

Una vez atrás el fuerte, atravesaríamos la Serra de la Venta por su lomo y nos enfrentaríamos a una serie de subidas y bajadas sin mucho desnivel pero con mucha cansancio acumulado en las piernas, pues estamos ya casi en el kilómetro 45, quedando 20 kilómetros por delante muy duros. Nos dirigiríamos al pueblo de Senija, donde se encontraba el octavo avituallamiento. Allí paré 5 minutos para reponer fuerzas, pues aún me quedaban 15 kilómetros y tres ascensiones por realizar. Apoyado por el público allí presente, me avituallé y continué la carrera con la mente puesta ya en la meta. Tras superar este último tramo y divisando ya el pueblo de Benissa, hice acopio de todas mis fuerzas y di el último tirón, llegando muy ilusionado a la línea de meta.

En resumen, carrera caracterizada por su gran dureza, debido a su largo recorrido con zonas muy técnicas aunque de gran belleza paisajística.

 

Clasificación

11º Absoluto   Juan Mondejar Verdú    8:12:18

Ramon Alberota tuvo que retirarse por molestias en las  rodillas