Este año tenía ganas de descenderlo con un poco más de alegría (agua) y se lo comenté a mi amigo Víctor Iván y a un colega, que aceptaron de buen gusto ya que no conocían el cañón.

El 30 de julio fue el día elegido y como siempre no defraudo, la única pega es que coincidimos con una tremenda ola de calor que hizo el descenso aún más físico si cabe, y nos hizo sudar tinta. El cañón estaba como el año pasado, no había cambiado mucho su morfología, algunas pozas de recepción estaban conmutadas, añadir también que algunas reuniones como la de la gran cascada estaba nueva, siendo de agradecer.

Al acabar salimos de allí huyendo del tremendo calor, pensando que en Monóvar se podría respirar por lo menos, cosa que no fue así, nuestro pueblo nos recibió a las 22.30h con «30 grados».

IMPRESIONES DE VÍCTOR IVÁN

El viernes 29 de julio nos desplazados a Granada a hacer el barranco del Trevelez, llegando y del calor que hacía, decidimos pasar la noche en Sierra Nevada, en la zona de la Hoya de la Mora .

A las 05.30h nos levantamos para dirigirnos al barranco, salimos a las 08.10h hacia la entrada del mismo, después de más de una hora subiendo sierra, bajamos un pequeño trecho para adentrarnos en cabecera y equiparnos.

El agua es marrón y tuvimos que ir con cuidado ya que no se veía donde pisabas, un barranco con bastantes pasamanos llevándote a reuniones colgadas para colocar la cuerda de papel, altas paredes y con algún desprendimiento de piedras, un barranco que habría que hacer una vez por lo menos. Pero aconsejo madrugar, ya que a las 10.00h cae una calor, que podríamos llamarle «la puerta al infierno».


FOTOS DE LA ACTIVIDAD

 

 

Crónica Vicente E. Navarro Rozalén (Chori)

Víctor Iván Botella Gran