El viernes 31 de Enero partimos hacia Francia, concretamente a Gavarnie. Es un lugar mágico, donde encontramos una gran concentración de cascadas heladas. Existe un primer muro de unos 300 metros seguido de una rampa de nieve con unos 200 metros de desnivel, luego tenemos otro muro de hielo con 250 metros que precede la ultima gran campa de nieve, y como colofón final otro resalte de hielo y roca de 300 metros.
Llegamos a Gavarnie a la 1 de la madrugada, después de 9 horas de conducción ininterrumpida, nos acostamos y a las 4 de la madrugada despertamos para comer algo y salir pitando hacia nuestro proyecto. Cuando llegamos a la base de la pared todo estaba oscuro, como no conocíamos muy bien el camino de ascenso decidimos esperar a que amaneciera y con la salida del sol comenzamos a escalar la ruta elegida, Freezante. Elegimos esta ruta porque su dificultad no es muy elevada. Ascendimos el primer muro rápidamente en ensamble, lo peor fue subir por la pendiente de nieve, porque la nieve estaba muy blanda. Ahora teníamos que subir por la vía llamada Mitológico, que ascendimos en tres largos de cuerda. Por fin tenemos delante de nosotros el tercer muro, solo nos queda atravesar la campa de nieve y situarnos en la base de Alois. Este trayecto que pensábamos hacer en poco tiempo nos cuesta un buen rato.
Para acceder a Alois me toca hacer una travesía bastante expuesta por hielo no muy consistente, al llegar a la reunión de spits comienzo a respirar. Ahora le toca el turno a Roy mi compañero, el largo que tenemos por delante es bastante complicado, la roca esta muy descompuesta, pero Roy lo resuelve sin problemas.
Para terminar los tres muros quedan tan solo tres largos de cuerda, pero nuestro horario no ha sido muy bueno y es muy tarde, así que decidimos abandonar y emprender el descenso. Todavía nos quedan unos 1000 metros de desnivel para llegar a nuestro coche-casa. Después de 4 horas de descenso llegamos a tierra firme.
Encendemos los teléfonos móviles para comunicarnos con los que nos esperan y nos dan una mala noticia. Un amigo ha sufrido un accidente de escalada muy grave y es muy probable que no pase de esta, así que decidimos dormir un poco, y mañana nos levantaremos a primera hora para volver a casa lo antes posible.
Esta vez no lo hemos conseguido, pero volveremos.
SEGUNDO INTENTO A LOS TRES MUROS DE GAVARNIE
El día 5 de marzo Roy y yo nos volvemos a ver las caras, esta vez quedamos a las 5 de la tarde en Huesca. Queremos salir antes para dormir más horas y levantarnos más fuertes.
Esta vez el despertador suena a las 3 de la mañana y a las 5 ya estamos escalando por Freezante, como conocemos la ruta escalamos a la luz del frontal y nuestro ritmo de ascenso es muy rápido, repitiendo nuestros pasos de nuestro anterior intento escalamos como si nos fuera la vida en ello. Las condiciones no son muy buenas, el hielo es un poco precario y los tornillos que utilizamos para proteger una posible caída no quedan muy bien, a pesar de esto nos encontramos fuertes y subimos sin dudar. A las 12 del medio día nos encontramos debajo de Alois, esta vez el largo de travesía esta en mejores condiciones y no paso tanto miedo, el siguiente largo lo resuelve Roy en un santiamén y ahora me toca a mí un largo de roca que todavía no conocemos. Este largo es el que conecta con el hielo, es un largo complicado y algo expuesto pero la visión del hielo me anima a seguir adelante. Cuando llego al hielo me cambia la cara, este se encuentra unos diez centímetros separado de la pared y puedo ver tres líneas de fractura horizontales, golpeo el hielo y suenan las campanas, mi compañero pregunta y yo contesto.
Todavía tenemos mucho tiempo para conseguir nuestro sueño. Pero parece que últimamente tenemos algo de conciencia y decidimos abortar la misión.
Las montañas siempre estarán ahí, así que esperaremos condiciones y volveremos, el tercer intento será el bueno.